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Los rostros de la arquitectura en México: Mario Pani

Si hay un hombre que mantiene los cimientos de la arquitectura mexicana es Mario Pani, visionario que tuvo una fuerte influencia no sólo en la construcción sino la manera en la que se conciben los espacios urbanos en México. Sus ideas arquitectónicas siempre apostaron por la innovación. En Grupo UNE nos sentimos muy identificados con sus ideales y los aplicamos en cada uno de nuestros proyectos y en la venta de inmuebles en Puebla.

Mario Pani Darqui nació en la ciudad de México en 1911 y tuvo contacto con la arquitectura desde la infancia. La buena posición de su familia le permitió formarse como profesional en la Escuela Nacional de Bellas Artes en París y posteriormente en la Universidad Nacional Autónoma de México. El contacto con la estética europea le permitió tener una mirada innovadora respecto al espacio urbano, lo que le permitió crear una identidad particular para la Ciudad de México, a través de sus construcciones.

En su estética siempre se conjugó el diseño vanguardista, una búsqueda constante de progreso y la resolución de problemas urbanos frente al aumento de la densidad poblacional en zonas delimitadas. Una de las mayores influencias de Pani fue Le Corbusier, urbanista suizo que se destacó por la renovación de la arquitectura, pero también por modernizar el concepto “casa”. Para él, una vivienda era “la máquina para habitar”, pues no sólo debía ser un espacio funcional para estar en él, sino para vivir, acercándose a una expresión más existencial de la arquitectura.

Una de las obras más importante de Mario Pani es el Conjunto Habitacional Urbano Nonoalco Tlatelolco, un ambicioso proyecto de urbanización que pretendía conformar la utopía del espacio habitacional. Su construcción inició en 1960 y el proyecto original contemplaba tres etapas. Sólo se terminó la primera, que cubre la zona comprendida por Insurgentes Norte, Eje Central y Paseo de la Reforma.

El objetivo de Pani, era transformar una zona marginal en la que se encontraban diversos asentamientos irregulares, es decir, generar orden y seguridad a través del espacio arquitectónico. Siguiendo las ideas de Le Corbusier, planeó esta unidad como un organismo independiente, en el que las personas tuvieran zonas recreativas, de salud y de comercio, en el mismo espacio habitacional.

Por otro lado, mantuvo énfasis en la verticalidad, pues los edificios y los desarrollos se construían hacia arriba, incluso los que sólo tenían fines decorativos. Aparentemente puede parecer una mera elección estética, sin embargo, los desarrollos verticales permiten un mayor aprovechamiento de los espacios geográficos, reducen traslados y la contaminación, e incentivan la interacción entre los vecinos, favoreciendo el sentido de comunidad. Todo eso, Pani lo sabía muy bien.
En su inauguración, la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco contaba con 102 edificios que podían albergar aproximadamente a 70 mil habitantes, un supermercado y una plaza comercial, 22 escuelas de nivel básico, tres clubes sociales para cada sección de la unidad, alrededor de 600 locales comerciales, hospitales, clínicas, guarderías y oficinas administrativas. Una obra monumental, sin duda.

De la isma manera que Pani, consideramos que la ubicación estratégica de nuestros inmuebles debe responder a una integración que le permita al habitante de las mismas, desplazarse en zonas seguras y con las suficientes comodidades para disfrutar de su hogar.

Todos los valores e intenciones de una urbanización efectiva que evidencia el trabajo de Pani, particularmente en este proyecto, son fundamentales para Grupo UNE. Al establecer nuestros desarrollos inmobiliarios y de departamentos en venta en Puebla, partimos de la misma idea de cohesión que buscaba el maestro en cada uno de sus proyectos: aprovechar las posibilidades del desarrollo vertical.